La semana que se nos viene

• Jueves: IPP americano, ventas minoristas americanas y decisión del BCE sobre los tipos. 
• Viernes: Sentimiento del consumidor 

En el punto de mira

El IPC en China ha vuelto a territorio positivo en agosto, después de algunos esfuerzos por animar la demanda local. Sin embargo, el consenso en Wall Street es que los de los rollitos de primavera necesitan meter más estímulos para que la economía eche a andar. 

Las Dos Situaciones Diarias de los Mercados Financieros

Lo que ha movido a los mercados esta semana

• El CEO de Stellantis (BIT: STLAM) ha dado una pista para buscar productores de baterías con una oportunidad de brillar en el futuro. Según el Míster Curic, las baterías de hoy en día pesan más que un matrimonio obligado y que para alcanzar los objetivos de “sostenibilidad” estas tendrán que reducir su peso en al menos un 50 por ciento.

• Aunque la manzanita ahora vende todos sus ordenadores con sus propios chips, en los móviles la cosa es distinta y Qualcomm (Nasdaq: QCOM) se alegra de ello. Y es que el fabricante de chips ha firmado una extensión de contrato (que vale unos cuantos miles de millones) por, al menos, 3 años más. 

• Te llevan a la fiesta y te traen la comida para la resaca; y ahora te van a venir a limpiar la casa y más. Eso es lo que están tramando los buenos de Uber (NYSE: UBER) que parece que dejaron en el código de su app evidencia de que están trabajando en un servicio de manitas que resuelva los principales problemas de los hogares. 

• Los americanos están pensándolo dos veces antes de pedir préstamos al consumo, el típico mensaje que te envía tu banco diciendo que tienes miles de euros pre-aprobados. De hecho, en julio, el resultado se quedó corto por 6 mil millones en comparación con lo esperado. En humano esto es otra muestra de que los tipos de interés, tarde o temprano, terminarán afectando a la demanda. 

Para reír o llorar

La Comisión Europea ha tenido que recoger cable en sus proyecciones de crecimiento económico para el bloque en 2023, pasando de un 1.1 por ciento a un 0.8 por ciento. El gran culpable parece ser Alemania que ha pasado de tener una proyección positiva a una contracción al -0.4 por ciento. Todo este panorama, dicen por ahí, ayudará al BCE a tomar decisiones, aunque eso está por verse.